
A decir verdad, para describir la actuación de Manu contra Utah, se podría repetir lo que se dijo tras su partido contra los Mavs: hizo 37 puntos, vivió otra noche de ensueño, sacó de quicio a sus defensores e hizo todo lo que estuvo a su alcance para que los Spurs no extrañen tanto a Duncan.
Todo parece quedar corto cuando se habla de Ginóbili: su tapa de ayer a Boozer fue antológica y su frialdad en la línea de libres en los instantes finales es pasmosa. No hay mucho más por escribir, sólo agradecer a la vida por haber tenido el privilegio de ver en acción al mejor jugador argentino de la historia.
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