Apareció el campeón

Por fin se vio al equipo argentino que todos queremos. Agresivo defensivamente desde el primer minuto, certero en el ataque merced a los continuos pases y con el corazón de siempre. Así. se logró una cómoda victoria frente a Australia y se despejaron las dudas acerca de cómo estaría el ánimo de los jugadores luego de la agónica derrota ante Lituania.

El primer cuarto fue de ensueño: Prigioni demostrando por qué es un base top de Europa, Ginóbili haciendo lo que sea necesario, Scola anotando en la pintura y Oberto anulando a Bogut. A partir de la diferencia lograda en ese momento, Argentina mantuvo la concentración, nunca se relajó e impidió que su rival se le acerque.

La defensa argentina ha vuelto a ser la de los tiempos dorados, al punto de que hoy se ganó la lucha rebotera ante los gigantes oceánicos. Allí está una de las claves para volver a creer en que una medalla es posible. Otra clave es Ginóbili: aunque no deberíamos sorprendernos (dada su gloriosa trayectoria) siempre tiene algo más para ofrecer. En el segundo tiempo fue el verdadero base, tomó siempre la mejor decisión y terminó como líder tanto en puntos como en asistencias.

Ahora se viene Croacia, que llega entonado tras vencer a Rusia. Su fuerte está en la media cancha y en los altos porcentajes que están teniendo sus perimetrales. Si Argentina logra bajar la efectividad de tres del rival, como lo hizo ante Australia, las chances de un triunfo aumentarán significativamente.